Traducción de un fragmento de Un detalle menor, de Adania Shibli
Shibli, Adania (2019). Un detalle menor (traducido del árabe por Salvador Peña Martín), Editorial Hoja de Lata Editorial.
«Por cierto, espero no haber causado ninguna confusión al mencionar la anécdota con el soldado y el puesto de control, o al decir que vivimos aquí bajo una ocupación. Los disparos, las alarmas de las patrullas militares y, a veces, de los helicópteros, los aviones de combate y los bombardeos, a los que siguen las sirenas de ambulancia, no solo preceden a los boletines de noticias de última hora, sino que, junto con los ladridos de perro, forman parte del sonido del ambiente.
La situación ha sido esta desde hace tanto tiempo que apenas quedan muchas personas con vida que puedan recordar los detalles menores relacionados con la forma de vida anterior, como por ejemplo, la lechuga pasada en el mercado de verduras cerrado.
Por supuesto, esto puede parecer puro narcisismo. El hecho que me atrajo y me cautivó de ese incidente fue ese detalle menor, y no los detalles principales, que pueden calificarse de trágicos.
Una vez más, un grupo de militares captura a una chica, la violan y después la matan en la misma fecha que, un cuarto de siglo después, nací yo. Ese detalle menor, que otros solo pueden desdeñar, me acompañará ya para siempre muy a mi pesar y por mucho que trate de olvidarlo. Su verdad seguirá invadiéndome sin cesar a causa de mi debilidad y fragilidad, similar a la delicadeza de los árboles que se encuentran frente a mí, detrás del marco de la ventana.
Le pregunto nuevamente si yo, como mujer palestina, puedo acceder a estos museos y archivos. Él me responde, antes de colgar el teléfono, que no encuentra ningún motivo que pueda impedirlo.
Yo tampoco creo que haya ningún motivo que pueda impedírmelo, excepto mi documento de identidad. Tanto el lugar del incidente, como los museos y archivos que lo documentan están todos localizados, según la división del ejército del país, en lugares que están fuera del alcance de la zona C, y algunos mucho más lejos, cerca de la frontera con Egipto.
El único viaje que puedo permitirme con mi tarjeta verde, en la que se consigna que soy de la zona A, es el trayecto de mi casa a mi nuevo trabajo. Aunque, legalmente, cualquier persona del área A puede ir al área B, salvo por razones políticas y militares excepcionales. Pero las razones excepcionales son tan habituales, que se han convertido en norma, de modo que a muchas personas de la zona A ya no se les ocurre para acercarse a la zona B. ).
Yo, personalmente, en los últimos años, no he llegado al puesto de control de Kalandia, que delimita la zona A y la zona B. Entonces. ¿Cómo voy a pensar en ir a un lugar que está tan alejado que casi está en la zona D? Si, ni siquiera a los de la zona B les es posible, e incluso puede que tampoco a los de la zona C, aunque sean del mismo Jerusalén.
En el momento que cualquiera de estas personas diga una palabra en árabe fuera de su zona se convierte en una gran amenaza para la seguridad. Aunque, por supuesto, se les permite a cualquiera de ellos, residentes de la zona B y C, moverse por la zona A, en la que están constantemente e incluso, a veces, viven allí, a pesar de que esta zona se ha convertido en lo más parecido a una prisión.»
Traducción de Wafaa Hamdaoui